- Cobertura por cese de actividad: en cualquier momento un negocio puede torcerse. Aunque ahora se atraviese por una buena situación, no siempre será así. Esta cobertura está pensada para garantizar unos ingresos cuando no haya trabajo.
- Cobertura por responsabilidad civil: este seguro es necesario si se cuenta con un negocio de cara al público. De esta manera nadie nos reclamará daños y perjuicios si le ocurriese algo en las dependencias de la empresa. Si sucediese algo cubriría las indemnizaciones, lo que puede resultar muy tranquilizante para el autónomo.
- Cobertura medios de producción: resulta interesante este seguro para cubrir posibles averías de las máquinas o la pérdida de materias primas. Ten en cuenta que en otras pólizas, que son más sencillas, no se incluyen estos riesgos.
- Cobertura por riesgos laborales: será obligatorio este seguro en el caso de tener empleados a nuestro cargo, con contrato laboral. Si no se tiene cubierto este concepto las multas pueden llegar a resultar muy elevadas. Es mejor ceñirse a lo que marca la ley y no arriesgarse.